Un electrocardiograma o ECG es una prueba que permite conocer la actividad eléctrica del corazón. Se trata de unos de los exámenes más utilizados principalmente en urgencias y en medicina interna. Durante el examen el doctor colocará varios electrodos en diferentes partes del cuerpo, éstos electrodos están conectados a un electrocardiógrafo que es el que mostrará los resultados obtenidos. Durante la prueba debe permanecer relajado y quieto y esperar pacientemente las instrucciones del especialista.
Algunas veces este examen se realiza mientras el paciente está realizando un esfuerzo, por ejemplo practicando ejercicio, para buscar cambios en el corazón, este tipo de ECG se conoce como prueba de esfuerzo.
Los electrodos conectados al electrocardiógrafo transforman las señales eléctricas del corazón en ondas, las cuales se imprimen en papel, normalmente de forma inmediata, para que el médico pueda realizar el diagnóstico.
En este artículo vamos aprender cómo leer un electrocardiograma. No debe olvidar que la lectura de un ECG debe realizarse por un médico cualificado y nunca debe autodiagnosticarse basándose en su propia interpretación.
Electrocardiograma: interpretación
El papel del electrocardiograma está formado por cuadrados pequeños cada uno de 1 mm que corresponden a 0,04 segundos y un conjunto de 5 cuadrados forma un cuadrado grande de 5 mm o 0,20 segundos, por tanto 5 cuadrados grandes equivalen a 1 segundo. En el eje vertical se representa el voltaje y en el horizontal el tiempo. 10 mm de altura equivalen a 1 voltaje de 1mV.
El ritmo normal de un ECG está formado por una onda P, un complejo QRS y una onda T. Para interpretar un electrocardiograma hay que valorar la presencia de estas ondas, su forma y duración, así como el segmento ST (tiempo que transcurre entre el fin de la despolarización y el inicio de la repolarización de los ventrículos, mide menos de 1 mm, si es mayor de 1 mm indica infarto o isquemia).
Las ondas P nos permiten conocer el tiempo entre los latidos del corazón, se representa como una línea recta entre el punto más bajo y el más alto. La onda T representa el pequeño latido perceptible después del primero y marca el final del latido del corazón. El tiempo transcurrido entre uno y otro debe ser bastante regular a lo largo de toda la prueba, si por el contrario, durante la prueba vemos que el tiempo transcurrido es variable, ésto señala una irregularidad en el latido del corazón.
La onda P no debe superar los 0,25mV, es decir, 2,5 mm de altura, y no debe durar más de 0,11 segundos en un adulto. Suele tener forma redondeada. Si alguno de estos elementos no se cumplen puede ser señal de diferentes anomalías como un agrandamiento auricular causado por una estenosis e insuficiencia mitral o por una hipertensión arterial.
Para los pacientes que sufren hipertensión es recomendable el uso de un tensiómetro digital que le permitirá realizar un seguimiento preciso de su presión arterial sin necesidad de acudir al médico o a una farmacia todas las semanas.
La onda T siempre es positiva (forma convexa) con una longitud aproximada de 3 mm y es asimétrica y redondeada. Si es picuda puede indicar alteraciones de potasio, si presenta forma cóncava supone alteraciones de origen isquémico, y si es aplanada alteraciones en la repolarización.
Para conocer la frecuencia cardíaca debes localizar en el ECG el punto más alto conocido como «R», cuenta el número de cuadros grandes entre un punto «R» y otro, y divide el resultado entre 300. Por ejemplo, si hay 4 cuadros grandes entre los dos picos, tu ritmo cardíaco será de 75 latidos por minuto (300/4=75). Si en la prueba no detectas picos idénticos, selecciona 30 cuadrados grandes (equivalen a 6 segundos) y localiza en ese trazo el número de complejos QRS (representación gráfica de la despolarización de los ventrículos del corazón formando una estructura picuda en el electrocardiograma); multiplica el número de complejos QRS por 10 y el resultado sera el número aproximado de latidos por minuto. Por ejemplo, si detectas 6 complejos QRS tu ritmo cardíaco sera de 60 latidos por minutos (6×10=60).
En reposo, un ritmo cardíaco normal varía entre 60 y 100 latidos por minuto, por debajo de esa cifra se conoce como bradicardia, y por encima como taquicardia.
Con estos tips podrás realizar una interpretación básica de un electrocardiograma y preguntar al doctor cualquier duda que tengas sobre tus resultados, tenga en cuenta que sólo el personal médico cualificado podrá interpretar adecuadamente el ECG.