¿Qué es el masaje amma?
Este técnica de origen chino, pero también ampliamente practicada en Japón y Corea, tiene como objetivo equilibrar la distribución del Qi en todo el cuerpo practicando una acupresión bastante fuerte siguiendo los puntos específicos a lo largo de los meridianos, los músculos y las articulaciones.
El masaje amma puede ser practicado por profesionales de shiatsu, disciplina con la que presenta varias analogías, y puede ser igualmente realizado por un fisioterapeuta.
«An Mo», término tradicional chino que significa masaje, era el nombre original de esta disciplina que se convirtió muy popular en Japón hasta el punto de que muchas veces se atribuye su autoría al país del sol naciente. «An Mo» se convirtió en «An Ma» al otro lado del mar amarillo que significa literalmente An – Coger la mano suavemente y Ma – Frotar. El término de masaje amma tal y como lo conocemos hoy en día es probablemente una deformación occidental
El masaje amma transmite una profunda sensación de bienestar y se puede realizar tanto tumbado como en un masaje clásico, o sentado sobre una silla de masaje específica.
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El masaje amma sentado
El masaje amma sentado es el más practicado dado que tiene la ventaja de ser más fácil de realizar. Una sesión tiene una duración aproximada de 15 a 30 minutos y no es necesario que el paciente se desvista, lo que permite realizar sesiones de manera espontánea sobre la marcha, por ejemplo durante un descanso o durante el transbordo entre dos transportes. Su éxito reside en su naturaleza para responder perfectamente a la demanda del hombre de la sociedad contemporánea, siempre con prisas y con poco tiempo libre, además de ser ofrecido a un precio asequible.
En Asia, los masajistas que proponen el masaje amma se encuentran en todos lados, en la calle, en el metro, en los centros comerciales o en los aeropuertos. En occidente, y más especialmente en Europa, su práctica está menos extendida y, generalmente, este masaje es practicado en un entorno más íntimo, protegido de las miradas de los transeúntes.
El masaje amma sentado se realiza siguiendo un orden preestablecido: se empieza con los hombros, a continuación el cuello y la nuca, seguido de la cadera, los brazos, las manos y finalmente la cabeza. Este orden de ejecución proporciona un efecto de ida y vuelta a lo largo del cuerpo.
Este masaje, aunque corto, tiene un efecto relajante y revitalizante, favorece la eliminación del estrés y destensa los músculos del cuello y la espalda, zonas generalmente más cargadas. Practicado regularmente, el masaje amma mejora la resistencia al estrés de las personas y estimula la circulación sanguínea y airea los músculos. Grandes empresas de Silicon Valley ponen a disposición de sus empleados una sala para la realización del masaje amma con el fin de mejorar su bienestar en el trabajo y, por tanto, su productividad.
El masaje amma tumbado
El masaje amma acostado es en sí mismo más amplio puesto que cubre todo el cuerpo, a diferencia del masaje sentado que ignora las piernas.
Durante una sesión del masaje amma tumbado, la comunicación entre el masajista y el cliente es esencial para localizar los dolores y las tensiones asociadas a malas posiciones corporales y evitar así la incomodidad. Es por ello, que una corta conversación antes de empezar la sesión puede ser una buena idea para determinar la ejecución a seguir.
Un masaje amma tumbado dura cerca de 30 minutos o incluso una hora y se lleva a cabo mediante la aplicación de una amplia gama de técnicas preestablecidas llamadas «kata», un total de 25 técnicas. El orden y el ritmo de ejecución varían según las necesidades y las reacciones del cliente, pero la forma sigue siendo exactamente la misma.
El proceso incluye técnicas de percusión, de acupresión, de fricción y de compresión. La presión ejercida es más o menos fuerte y se centra en diferentes zonas del cuerpo, especialmente los músculos, las articulaciones y los puntos de acupuntura para destensar los músculos y liberar la energía bloqueada de forma más eficaz que el masaje amma sentado.
El masaje amma tumbado implica el uso de una camilla de masaje no demasiado espesa, como una camilla de masaje plegable. Sin embargo, para el ejercicio profesional en fisioterapia, algunas camillas de masaje Bobath (100 cm de ancho) permiten una práctica del masaje amma más confortable, lo que implica que el masajista o terapeuta se sitúe también sobre la camilla. Esta técnica también se puede realizar sobre el suelo con una alfombra de suelo firme. El paciente mantiene su ropa durante el masaje, evitando la indebida utilización de aceites de masajes.